Todo contacto que he tenido con cualquier persona procedente de Latinoamérica ha sido grato, son aquellas personas que dejan poso. Desde los más intelectuales hasta la asistenta o señora de la limpieza. Tiendo a acercarme a ellas porque son aquel tipo de personas con las que uno se siente a gusto, puede opinar, sentirse escuchado, comprendido… Personas que se dejan ayudar y que tienen ganas de ayudar.
Tengo muchos amigos del continente Latinoamericano, y con todos ellos solo hay en mi cabeza buenos momentos y ratos agradables. Ese tesón, esas ganas de vivir, esa pasión e ilusión por las pequeñas cosas, ese espíritu de lucha que se manifiesta constantemente es contagioso y me llena de energía. Alegría, sobre todo alegría, porque ellos han nacido para ser felices, y eso se aprecia en cada momento que respiran. Ni siquiera un gobierno corrupto ni los tiempos que corren son capaces de arrebatárselo ni de confundirles. Ellos siguen disfrutando de su autenticidad pura, de sus costumbres, de sus creencias, fieles a su cultura. Ese tipo de personas, esa mentalidad son la que me da fuerzas para vivir, progresar y realizar mis tareas cotidianas.
Este verano tuve la oportunidad de conocer Argentina cayendo en manos de una increíble familia asentada en Buenos Aires. Mi primer contacto directo con territorio latinoamericano. Después de un mes las cuatro hijas eran como mis hermanas, y todos llorábamos al despedirnos en Etzeiza. Estas cosas es imposible que ocurran cuando visitas Nueva York o Tokio (o por supuesto que no!, sería dejar entrever tu debilidad humana!) Pues en aquél mes disfruté tanto de cada cosa, de cada una de las miles de personas que me iban presentando, casi todas extensión de la familia, (los Latinoamericanos siguen fieles a su cultura en la base familiar). Toda esta sensibilidad y cariño que derrochan en cada momento de su vida, a pesar de los obstáculos que encuentran, se manifiesta en el buen gusto que poseen en cada cosa que eligen, hacen, visitan, relatan… Las historias que cuentan son apasionantes, su manera de narrar las anécdotas, los lugares que visitan son bellísimos, aprovechan para “recorrer” todo lo que puedan, las tardes sin nada que hacer siempre son alegres, el trabajo diario es la mejor forma de transmitir lo que llevan dentro. Sin estrés, con armonía, alegría y sencillez, son personas que, insisto, gusta tener cerca. ¿Cómo no?
Con muy poco pueden hacer mucho, y darle un sentido valioso. Capaces de derrochar alegría cada segundo que pasa, porque saben emplearlo bien. Creo que de todo esto, que allí perdura y perdurará, los españoles, como de un buen amigo que se trata, deberíamos tomar ejemplo y aprender de Latinoamérica. Compartimos aún muchas semejanzas, pero hay cosas que aquí hoy se sienten en vías de extinción.
Algunas amistades son eternas
Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reír sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta listapara que tú la abras.
Esa es una amistad eterna…
Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.
Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.
Pablo Neruda
Pablo Neruda
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