martes, 20 de abril de 2010

¿Qué significa sentirse un latinoamericano?

¿Qué significa sentirse un latinoamericano? Desde mi punto de vista, primero que nada, tener conciencia de que las demarcaciones territoriales que dividen a nuestros países son artificiales, ucases políticos impuestos de manera arbitraria en los años coloniales y que los líderes de la emancipación y los gobiernos republicanos en vez de reparar, legitimaron y a veces agravaron, dividiendo y aislando a sociedades en las que el denominador común era mucho más profundo que las diferencias particulares. Esta "balcanización" forzada de América Latina, a diferencia de lo que ocurrió en América del Norte, donde las trece colonias se unieron y su unión disparó el despegue de los Estados Unidos, ha sido uno de los factores más conspicuos de nuestro subdesarrollo, pues estimuló los nacionalismos, las guerras y conflictos en que los países latinoamericanos se han desangrado, malgastando ingentes recursos que hubieran podido servir para su modernización y progreso. Sólo en el campo de la cultura la integración latinoamericana ha llegado a ser algo real, impuesto por la experiencia y la necesidad —todos quienes escriben, componen, pintan y realizan cualquier otra tarea creativa descubren que lo que los une es mucho más importante que lo que los separa de los otros latinoamericanos—, en tanto que en los otros dominios, la política y la economía sobre todo, los intentos de unificar acciones gubernativas y mercados se han visto siempre frenados por los reflejos nacionalistas, por desgracia muy enraizados en todo el continente: es la razón por la que todos los organismos concebidos para unir a la región, desde el Pacto Andino hasta Mercosur, nunca han prosperado.
Las fronteras nacionales no señalan las verdaderas diferencias que existen en América Latina. Ellas se dan en el seno de cada país y de manera transversal, englobando regiones y grupos de países. Hay una América Latina occidentalizada, que habla en español, portugués e inglés (en el Caribe y en Centroamérica) y es católica, protestante, atea o agnóstica, y una América Latina indígena, que, en países como México, Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia consta de muchos millones de personas, y que conserva instituciones, prácticas y creencias de raíz prehispánica. Pero la América indígena no es homogénea, sino, a su vez, otro archipiélago, y experimenta distintos niveles de modernización. En tanto que algunas lenguas y tradiciones son patrimonio de vastos conglomerados sociales, como el quechua y el aymara, otras, como es el caso de las culturas amazónicas, sobreviven en comunidades pequeñas, a veces de apenas un puñado de familias.
El mestizaje, por fortuna, está muy extendido y tiende puentes, acerca y va fundiendo a estos dos mundos. En algunos países, como en México, ha integrado cultural y racialmente a la mayoría de la sociedad —es tal vez el único logro de la revolución mexicana—, dejando convertidas en minorías a aquellos dos extremos étnicos. Esta integración, por cierto, es mucho menos dinámica en el resto del continente, pero continúa ocurriendo y, a la larga, terminará por prevalecer, dando a América Latina el perfil distintivo de un continente mestizo. Aunque, esperemos, sin uniformarla totalmente y privarla de matices, algo que no parece posible ni deseable en el siglo de la globalización y la interdependencia entre naciones. Lo indispensable es que, más pronto que tarde, gracias a la democracia —la libertad y la legalidad conjugadas— todos los latinoamericanos, con prescindencia de raza, lengua, religión y cultura, sean iguales ante la ley, disfruten de los mismos derechos y oportunidades y coexistan en la diversidad sin verse discriminados ni excluidos. América Latina no puede renunciar a esa diversidad multicultural que hace de ella un prototipo del mundo.


Mario VARGAS LLOSA (Berlín, U. von Humboldt)

2 comentarios:

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  2. Coincido que una de sus “aportaciones” o mejor dicho contribuciones es la diversidad multicultural. Pero que distinción hay con los grandes ciudades? Por ejemplo, al visitar New York uno se da cuenta de la gran variedad de: razas, idiomas, religiones, etc. Que conviven –en paz- Prácticamente hay ciudadanos de todo el mundo –más o menos-

    En America Latina las culturas no conviven en paz, son una sola. El mestizaje es la muestra perfecta. El mestizaje al que me refiero no es solo étnico, si no cultural. (En todas las expresiones culturales, gastronomía, música, literatura, cine, etc) convergen. Forman el ser latinoamericano.

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