sábado, 27 de febrero de 2010

Kant educa a las madres y defiende a los niños


[Aunque quizá el buen Kant tenía informaciones extrañas.]

Los pueblos bárbaros no envuelven en mantillas a sus niños. Los salvajes de América, por ejemplo, hacen para sus hijos hoyos en la tierra; cubren el fondo con polvo de los árboles carcomidos para que absorba la orina y demás secreciones y permanezcan secos los niños, y, después, los cubren con hojas; pero, por lo demás, les dejan el libre uso de sus miembros.

Nosotros envolvemos a los niños como momias por nuestra pura comodidad, para no cuidar de que se hagan daño; lo que, no obstante, sucede con las mantillas, que además les causan mucho temor y les hacen caer en una especie de desesperación, impidiéndoles a menudo hacer uso de sus miembros; se cree entonces poder apagar sus gritos con meras palabras; pero que se envuelva tan sólo una vez a un hombre, y se verá si no grita también y no cae en la angustia y en la desesperación.


Inmanuel Kant, Sobre pedagogía (1803)
[Edición de Lorenzo Luzurriaga]
Todo el texto es genial y está lleno de consejos prácticos

1 comentario:

  1. Sí recuerdo algo así en mi niñez. Aunque no eran actos de mis padres. Eran de los bárbaros, entupidos compañeros de la escuela primaria a la que asistía. Sí, efectivamente te llenaban de polvo de los árboles. (También conocidos como polvos pica-pica) Pero de mantillas nada, en América, usamos pañales.-

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